Hay que medir lo que importa para seguir evolucionando en tu negocio. Por eso te recomendamos detenerte un minuto a crear OKRs y KPIs para conocer el avance de tu empresa.
Lo que no se mide, no crece. Por eso los expertos desarrollan reportes, dashboards, paneles de decisión o integraciones de sistemas para poder mantener el control y ver el crecimiento de un proyecto o de una empresa.
Al manejar tu negocio debes tener en perspectiva metodologías de medición que pueden ser entendidas por todo el mundo y que son clave cuando buscas inversionistas. Es el caso de los OKRs y KPIs.
La metodología OKR (Objectives and Key Results) es ideal para aumentar el desempeño en equipos de trabajo, pues a diferencia de los KPI (Key Performance Indicator), los OKR son propuestos por cada persona y no son impuestos por un jefe o líder. Esto es importante, pues el rendimiento siempre será más alto en la medida en que haya más compromiso con las metas propuestas, detalla un artículo de Academy of Management.
Los OKR responden la pregunta ¿Qué objetivo quiero lograr con la empresa? o ¿Estoy en el camino correcto para cumplir el propósito de la empresa? Como te darás cuenta, se trata de una visión más blanda de la gestión, pero igualmente importante, ya que apuntan por lo general al objetivo de posicionamiento, escalabilidad y reputación de la compañía.
Un ejemplo de OKR es “ser la empresa referente del mercado en nuestro nicho de negocios”, o “tener la mayor satisfacción de clientes en el segmento” o “Ser un lugar donde las personas quieran trabajar”. Para todos estos propósitos existen formas de medición concretas como encuestas de satisfacción, NPS o rankings de reputación corporativa, entre otras.
En tanto los KPI son cuantitativos, vale decir, miden rendimiento a través de datos y su evolución en el tiempo. Agregan valor desde la perspectiva del negocio y la gestión para ver si estamos en camino o no a lograr un determinado objetivo.
Ese punto es clave. Los KPI no deben ser generales, sino lo contrario. Se recomienda poner un KPI específico para cada proyecto y así hacer un seguimiento adecuado y diferenciado.
¿Cómo definir un OKR?
La fórmula por supuesto puede variar de acuerdo a cada empresa, pero debes mantener una lógica de 4 pasos que te ayudará a definir correctamente tus OKRs:
1.- Definir los objetivos adecuadamente. Vale decir, deben ser ambisiosos, pero alcanzables, realistas y acordes a la situación actual y futura en el corto-mediano plazo de tu empresa, y por supuesto deben ser cuantificables.
2.- Establece un tiempo suficiente para poder lograr la meta, ni mucho, ni poco.
3.- Asigna resultados clave específicos para cada objetivo planteado. Trata de que no sean más de 2 por objetivo
4.- Asigna tareas específicas durante el tiempo de ejecución
¿Cómo definir un KPI?
La construcción de KPIs es más simple, porque tiene un procedimiento de pregunta y respuesta. Básicamente definir tus KPI depende de cuáles son las preguntas clave que debes hacerte para saber en qué momento o nivel se encuentra tu empresa. ¿Cuántas ventas tiene mi equipo mes a mes y cómo ha evolucionado en los últimos 6 meses?
A la hora de crear KPIs lo ideal es que tengas en mente:
- Si tienes datos disponibles para hacer la medición
- Definir la importancia que tiene esa medición para tu empresa
- Áreas involucradas en la medición
- Si la medición contribuye en la toma de decisiones
- Cada cuánto tiempo levantaré la medición (a diario, semanal, mensual, trimestral, anual).
Finalmente, la idea es que utilices KPIs y OKRs, porque sumando estos dos indicadores, podrás conocer mejor la evolución en la gestión y manejo de tu empresa y podrás empoderar adecuadamente a los equipos.
