Una encuesta sobre el futuro de las empresas elaborada por Facebook, el Banco Mundial y la OCDE que se publicó en Diario Financiero en junio de este año dio a conocer que alrededor de 1.827 de ellas se declaró en bancarrota bajo la ley nacional de insolvencia durante el año pasado, cifra superior en un 11% frente a la de 2019, cuando el estallido social provocó un alza en el cierre de distintas compañías.
Y no es ningún secreto que las pymes han sido las más golpeadas en relación a las organizaciones de mayor tamaño, que tienen más recursos para sortear las crisis. Por lo mismo, hoy son las que más requieren más apoyo para enfrentar la pandemia.
En este contexto, desde Fivana brindamos algunos consejos para que las pymes puedan competir con grandes empresas y así, impulsar su crecimiento.
- Estudia a tus competidores, aunque sean de mayor tamaño, y diferénciate de ellos. ¿Has escuchado acerca del concepto de Benchmark Competitivo? Se trata de analizar quiénes son mis competidores para compararlos con mi marca y así, ver qué puedo ofrecer que sea mejor o distinto a ellos. Este análisis por supuesto que compete a las pymes, así que el primer paso debe ser pensar: ¿quién es mi competencia directa? ¿qué precio ofrece? ¿cuáles son sus productos estrella? ¿cuáles son sus canales de comunicación? De seguro que tras realizar este primer análisis te surgirán ideas para potenciar y mejorar tu negocio. Parte por los diez competidores principales, aunque sean grandes. Probablemente haya algo que puedas ofrecer que sea superior en algún aspecto, ya sea más barato, más rápido o que innova en sus procesos.
- Crea un relato y narrativa potente. Toda buena idea de negocio debe ir acompañada de una buena historia. Y si queremos impulsar las ventas, esto debe ir de la mano de la construcción de un relato que cuente con creatividad qué producto ofrezco y cómo se diferencia de la competencia. Se trata de darle una voz “humana” a tu marca, que logre impactar a sus públicos objetivos deseados. Todo vínculo, aunque sea pyme-cliente, parte de un lazo emocional.
- Incorpora la tecnología en tus servicios. Si la pandemia nos dejó una lección es que debemos digitalizarnos, y eso por supuesto que eso incluye a las pymes. El mínimo esperable es contar con una página web que converse con sus públicos objetivos y cuya navegación se adapte a distintos dispositivos móviles. Piensa en una aplicación interactiva, que llegue a nichos donde los grandes no estén llegando. Para eso será clave, primero, haber estudiado qué ofrece la competencia. Luego, en una segunda etapa, puedes trabajar en una estrategia de SEO para posicionarte en motores de búsqueda y, así, empujar tus ventas.
- Ofrece un trato de primer nivel a tus clientes. Y deja que ellos hablen por ti. Piensa en la primera gran empresa que se te venga a la mente, ya sea de tu rubro u otro, y luego imagina en cómo atienden en los clientes en la postventa. Probablemente mal, ¿verdad? Ya que tienen infinitos consumidores, y ya no están preocupados precisamente de quiénes son y cuáles son sus necesidades. Bueno, pues si eres pyme, ocupa este elemento a tu favor y preocúpate de entregar el mejor servicio y atención posible. Para ello será clave fortalecer las líneas de atención ya sean presenciales, telefónicas o digitales. Si no tienes capacidad de diversificar la atención, elige un canal —como el teléfono o el correo— ¡y que sea el mejor!
- Elige a los mejores. El éxito de toda buena compañía parte con un equipo idóneo que sea capaz de enfrentar los desafíos de crecimiento. No es necesario ofrecer el mejor sueldo. Si eres pyme, puedes brindar otras ventajas competitivas como flexibilidad horaria, trabajo remoto, capacitaciones, relaciones de trabajo horizontales y viernes libres, entre tantas otras. Las nuevas generaciones valoran muchísimo estos aspectos, y de seguro que si ven que tu organización promueve la calidad de vida, y busca ser un “lugar feliz”, la escogerán.